por Carolina Villalba – El pasado 9 de octubre el economista estadounidense Edmund Phelps ganó el Premio Nóbel en economía por sus estudios sobre la inflación y sus posibles efectos sobre el desempleo. En su teoría demuestra cómo una baja inflación en la actualidad crea las expectativas de baja inflación en el futuro, influyendo así en las decisiones políticas de líderes de gobierno y corporaciones.
Se trata de relacionar los efectos de corto y largo plazo de la política económica. En la década de 1970, Phelps puso en tela de juicio el punto de vista predominante de que existía una relación estable, negativa, entre la inflación y el desempleo, ilustrado por la llamada curva de Phillips. Su gran aporte está en el hecho de que reconoció que la inflación no sólo depende del desempleo, sino también de las expectativas de firmas y empleados acerca de los precios y los aumentos de salarios. Por otro lado, también demostró la existencia de una “tasa natural de desempleo” en la cual las empresas incrementan los salarios de los trabajadores al mismo promedio que se espera suban los sueldos en la economía en su conjunto.
Esa tasa natural de desempleo es el concepto de un equilibrio. Representa el nivel de actividad económica que se tendría si las expectativas de los agentes se cumplieran, esto es, si se llenaran esas expectativas. En ese sentido, los bancos centrales siempre se están preocupando cada vez que la economía está lejos de la tasa natural de desempleo. Esos hallazgos han tenido influencia en las decisiones sobre tasas de intereses adoptadas por los bancos centrales de los países ya que deben sacar (o colocar) dinero en la economía para enfriar (o dinamizar) el ritmo de vida y bajar (o subir) el nivel de empleo a su nivel natural.
Phelps, con 73 años cumplidos, es actualmente profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York. Nació en 1933 en Illinois en medio de la conocida gran crisis económica, seis años después la familia se muda a Nueva York donde Phelps se gradúa en la escuela pública en 1951. Fue su padre quien lo convenció de que realizara estudios sobre economía. En Yale trabó contacto con James Tobin y Thomas C. Schelling (Premio Nóbel en 2005 por su Teoría de los Juegos). Allí también se inició como docente, para luego seguir en Pennsylvania y, actualmente, en la Universidad de Columbia en Nueva York en donde se le adjudica la cátedra McVickar en Economía Política desde 1982.
Especialista en economía china, Phelps ha colaborado como economista para organismos estadounidenses como el Departamento del Tesoro, el Comité de Finanzas del Senado y la Reserva Federal, así como para instituciones extranjeras como el Observatorio francés de coyunturas económicas (OFCE).
Elegido miembro de la Academia Nacional de las Ciencias en 1981 y miembro de honor de la Asociación Económica Americana (2000), este economista estadounidense es Doctor Honoris Causa en las universidades de Alemania, Roma, Nova Lisboa, Islandia, Paris Dauphine y Pekín. Interrogado sobre su teoría, ha respondido que “el problema es que quería reconciliar la microeconomía con la macroeconomía. La solución fue dejar de lado el libro de microeconomía”.
C. Villalba es economista y analista en CLAES D3E (Desarrollo Economía Ecología y Equidad – América Latina).