por Carolina Villalba – Mientras en Argentina sube la presencia extranjera en la propiedad de los bancos luego de la crisis de 2001, en Brasil el financiamiento de las empresas fuera del sistema tradicional de créditos vive un boom de hasta el 300% de aumento.
En efecto, el mercado de deuda privada brasilero nunca estuvo tan “movido” como en el pasado año y así se espera que continúe mientras no surja ningún imprevisto en la economía.
Tanto los viejos como los nuevos instrumentos económicos captan volúmenes record de recursos y señalan hacia un proceso de mejora del mercado financiero brasilero que puede ayudar incluso a bajar las tasas de interés que pagan las empresas para financiar sus operaciones, debido a la gran competitividad reinante.
De acuerdo a datos de la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM), las ofertas primarias de obligaciones registradas llegaron a 41.5 billones de reales el año pasado contra 9.6 billones en el año 2004 lo que significa un incremento del 300%. Las obligaciones son títulos emitidos por las empresas que representan un préstamo tomado por éstas y que le asegura el pago de intereses al comprador del papel con remuneración a plazos pre definidos.
En cuanto a los nuevos instrumentos de financiación de gran desempeño se destacaron los Fondos de Inversión en Derechos Crediticios (FIDC) que se conforman casi en su totalidad por documentos que representan un derecho de la empresa a recibir una determinada cantidad de dinero en el futuro (tres años por ejemplo). Estos fondos tuvieron un desempeño en 2005 de 8.3 billones de reales frente a 5.1 billones del año anterior.
Los bancos privados comienzan a liderar en los mercados argentinos y brasileños
Mientras tanto, Argentina, el otro grande del MERCOSUR, ve aumentar cada vez más la extranjerización de su plaza bancaria. Según un estudio publicado por la Asociación de Bancos de Argentina (ABA), de las diez mayores entidades financieras del país –ordenadas según depósitos privados y créditos al sector privado- cinco de ellas corresponden a bancos internacionales. Las cinco restantes se dividen en tres bancos públicos y dos privados pero de capital nacional (Credicoop y Banco Galicia).
Si bien el primer lugar del ranking lo ocupa un banco estatal, Banco Nación, el segundo y el tercero son ocupados por bancos internacionales: Banco Francés (BBVA) y Banco Río de la Plata. Lo mismo sucede con los lugares séptimo, octavo y noveno ocupados por Bank Boston, Citibank y HSBC respectivamente.
El ranking total comprende 90 entidades financieras, de las cuales el 37.2% de los depósitos privados y 35.5% de los préstamos al sector privado están representados por entidades internacionales. Desde la ABA se celebra este aumento de los bancos extranjeros en el ranking ya que “implica una mejora en el sector financiero y un aumento del crecimiento económico”.
Sin embargo parece demasiado ortodoxo ligar el éxito económico a la extranjerización bancaria. Sabido es que el papel que cumplen los bancos públicos no es el mismo que los privados y esto debería tenerse en cuenta en una Argentina que presenta cada vez más estancada su política social.
Mas allá de los mercados, en América Latina el sector bancario sigue siendo muy importante para las opciones de desarrollo ya que pueden constituir tanto una opción para fortalecer la inversión doméstica como una vía para la fuga de capitales y hasta pueden quedar relegados a ser meros agentes de especulación financiera. Pero también pueden servir para apoyar actividades como el acceso a la vivienda o la reconversión industrial; en el cumplimiento de estas funciones es que se encuentran mucho más cerca los bancos estatales que los privados y es por ello que no deberían perder terreno en el mercado. Los bancos públicos tienen dos roles fundamentales; por un lado, el de fomento y desarrollo y por otro, deben ser reguladores del mercado; desarrollan una actividad de mayor compromiso social.
Por otro lado, América Latina ya ha sufrido las consecuencias de que en caso de problemas los bancos extranjeros tienen mejores estrategias de salida que los nacionales, lo que implica que en época de crisis pueden desestabilizar el crédito. La experiencia indica que la mayoría de las casas matrices se muestran, en general, reticentes a inyectar recursos adicionales en sus filiales y algunas directamente abandonan sus negocios en el país. Según CEPAL, en su informe de 2002 sobre la inversión extranjera en América Latina, la mayor presencia de bancos extranjeros no se ha traducido en menores costos de los servicios financieros, ni ha contribuido a lograr una mayor disponibilidad de créditos. Mucho menos a la estabilidad de los sistemas financieros.
En relación al tema de la propiedad de los bancos, en Brasil se encuentran dos instituciones líderes de origen privado: Bradesco e Itaú. Estos dos bancos han crecido tanto que pueden competir en valuación de mercado con alguna de sus contrapartes europeas.
En seis meses las acciones de Bradesco han aumentado 80% lo que lo transforma en el banco de mayor valuación de Brasil. En enero de este año la capitalización de mercado es de 31.300 millones de dólares, lo que lo posiciona muy cerca de los 32.000 millones que es el promedio de los bancos europeos, según una comparación realizada por Deutsche Bank. Mientras tanto, la valuación de mercado de Itaú es de 30.100 millones de dólares.
Es un hecho que las acciones de los bancos de los mercados emergentes tienen un potencial de crecimiento mucho más grande que los bancos de Europa. En el caso de los bancos brasileños, como cuentan con grandes montos de deuda pública, son un referente para los inversionistas extranjeros que quieren aumentar su presencia en los mercados de deuda y de acciones de Brasil. Muchos inversionistas compran acciones de estos bancos porque poseen bonos gubernamentales lo que les representa una renta fija.
C. Villalba es economista y analista de información en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología y Equidad – América Latina).