por José Pedro Ríos – La teoría de la “paridad de poderes de compra” esta basada en la “ley de un solo precio”, la cual determina que en un mercado eficiente los bienes que son idénticos deben tener un sólo precio. Sabido es que los recursos naturales son en su inmensa mayoría bienes escasos, la demanda mundial por los mismos está siguiendo una lógica guiada por la ley de la oferta y la demanda que empieza a ser una regla perversa para su conservación.
En este artículo, con datos del FMI, el autor aplica esta teoría a los países latinoamericanos, principales oferentes de recursos naturales y los compara con los resultados que se presentan en aquellos países demandantes de dichos recursos.
¿Qué es la PPP?
La teoría denominada “Purchasing Power Parity” o “Paridad en Poder Adquisitivo” (PPP, por sus siglas en inglés), surgió de un método desarrollado por el sueco Gustav Cassel en 1920. Este método se usa para igualar el poder de compra de distintas monedas utilizándose para ese cálculo el tipo de cambio de largo plazo. Esta basado en la “ley de un solo precio”, la cual determina que en un mercado eficiente los bienes que son idénticos deben tener un solo precio (en el caso que se analiza en este trabajo, el precio de las monedas debería de poder establecerse en un único precio).
El tipo de cambio en la PPP convierte a una sola moneda el poder adquisitivo de diferentes monedas de distintos países, es decir permite comparar el poder adquisitivo de una misma canasta de bienes en diferentes economías. Por tanto esta especial forma de ver los tipos de cambio es comúnmente usada para comparar los niveles de vida entre los diferentes países.
El ajuste utilizando la PPP y el tipo de cambio de largo plazo, permite evaluar una evolución comparativa real del poder de compra en los países, mejor que si se utilizara solamente un análisis de la evolución del PBI y PBI per capita con tasas de tipo de cambio de mercado.
En la época que Cassel proclamó su método de cálculo, fue muy criticado pues se decía que era muy difícil comparar el poder adquisitivo entre los países debido a que las poblaciones tenían distinta composición de la canasta de bienes que estos consumían. Y además que a medida que pasan los años, el gusto de las personas cambia y por tanto también varia la composición de la canasta de bienes que estos consumen.
Igualmente tomando un periodo prudencial de tiempo, eligiendo una canasta de bienes lo mas universal posible y sobre todo teniendo en cuenta que con la globalización las personas tienden a asemejar la línea de productos que consumen, se puede hacer una cierta comparación utilizando esta teoría. Esto es precisamente lo que se realiza en este trabajo: con datos del FMI se evalúa cuales son los países con mayor poder adquisitivo determinado por su PBI per capita ajustado por PPP.
Para la realización de este trabajo se utilizó como fuente de información la base de datos del FMI en donde se pudo tomar un conjunto de datos de todos los países del periodo de tiempo que va desde el año 1981 hasta el 2006 inclusive, y a la vez se usaron las proyecciones para los años 2007* y 2008* que realizó el Organismo Internacional.
Evolución del Poder Adquisitivo según PBI per capita ajustado por PPP
Gráfico 1 – Los 10 países que se espera tengan el mayor poder adquisitivo en 2008. Elaboración propia en base a datos de FMI
El gráfico 1 muestra que al utilizar el método de la PPP, el resultado del ajuste permite ver que los habitantes de estos diez países, en promedio, son los que tienen el mayor poder adquisitivo en el mundo. En primer lugar se encuentra Luxemburgo con 88.500 dólares per cápita, superando casi en un 77% al país que le sigue en el ranking que es la Republica de Irlanda. Algunos de éstos ya se encontraban entre los diez países con mayor poder adquisitivo del mundo en 1981 (gráfico 2).
Gráfico 2 – Los 10 países que tenían el mayor poder adquisitivo en 1981. Elaboración propia en base a datos de FMI
Es interesante ver que aunque en 1981 el precio del barril del petróleo se encontraba medido a precios constantes (no corrientes) en niveles similares a los que se proyecta para el 2008, los tres países productores de petróleo que en 1981 eran de los que lideraban el ranking del nivel de poder adquisitivo de sus habitantes (Emiratos Árabes, Qatar y Arabia Saudita), en 2008 no figuran entre los diez primeros países. Esto puede estar dado por una menor capacidad de compra de los pobladores, es decir ahora por ejemplo quizás puedan comprar menos artículos de su canasta de consumo “con petróleo” en relación a la cantidad de petróleo que puede comprar un país como Irlanda “con software”. Se mantienen países como: Luxemburgo, Noruega, Suiza, Islandia, Estados Unidos, Canadá y Austria, mientras que en las proyecciones para 2008, aparecen países como Irlanda, Hong Kong y Dinamarca.
De todas formas, lo mas interesante desde el punto de vista de las implicancias que puede tener para el comercio mundial y para entender la realidad financiera mundial, es analizar cuáles han sido los países donde sus poblaciones han experimentado una mayor variación en nivel de poder adquisitivo para el periodo comprendido entre los años 1981 y 2008*. Todo ello se presenta en el gráfico 3 el cual refleja lo que se ha visto en indicadores de flujo de comercio y flujo de capitales en el mundo, que es el impresionante crecimiento del Este Asiático, en este caso visto como el incremento promedio en el Poder Adquisitivo de sus habitantes. También se destaca el crecimiento del poder adquisitivo en Irlanda y Luxemburgo, los cuales partían de niveles económicos más similares a los países industrializados.
Gráfico 3 – Los 10 países cuya población ha experimentado el mayor incremento en su Poder Adquisitivo (medidos en PBI per capita ajustado por PPP). Fuente F.M.I. Elaboración propia
La política comercial de los países latinoamericanos parece estar poco atenta a este tipo de análisis a la hora de buscar nuevos mercados en donde colocar la producción nacional, parecería ser una buena herramienta a tener en cuenta para pensar que tipo de producción se podría fomentar para complementar nuestros aparatos productivos con el de los países con mayor disposición a pagar por los productos que exportamos.
Solamente en China e India se concentra nada más ni nada menos que el 40 % de la población mundial. Entonces utilizando este análisis, hemos visto entonces que el 40 % de la población mundial en los últimos 25 años ha incrementado su poder adquisitivo en mas de 1000 % (el chino “promedio” en 2000% y el hindú “promedio” en un 500%).
Es decir que la demanda mundial de productos (comercio real, financiero, etc) en promedio per capita, siguiendo el supuesto de ajuste mediante la PPP, ha tenido un incremento de alrededor del 400% en tan solo un cuarto de siglo tomando en cuenta solamente a dos países (supuesto vía PPP: el 40% de la población mundial ha incrementado su poder adquisitivo un 1000%).
Este incremento se nota en el aumento de la demanda de productos, sobre todo se nota directamente en la demanda de commodities en los últimos años. Sabiendo que para 2008 se espera que China e India alcancen un PBI per capita ajustado por PPP de 9.431 y 4.336 U$S respectivamente, esta tendencia de liderar el crecimiento del poder adquisitivo de los habitantes, que presentan estas dos enormes economías asiáticas presenta características de ser algo imparable en el mediano plazo.
Vale preguntarse solamente las implicancias que puede tener para la economía y para la sociedad mundial que los chinos logren alcanzar solamente la mitad del poder adquisitivo de los norteamericanos (hoy tienen el 20 % de capacidad adquisitiva); y cuestionarse que implicancias podrían ocurrir para complejos acontecimientos como lo son las consecuencias de la actividad humana en el calentamiento global, las consecuencias geopolíticas de estas tensiones de crecimiento y la viabilidad del actual modelo de crecimiento y desarrollo global ante posibles crisis provenientes del exceso de demanda de productos de consumo (conduciendo al mundo hacia un ajuste económico estructural en sus esquemas de consumo y principalmente en sus costumbres de vida).
Países latinoamericanos: la realidad de nuestros bolsillos y carteras
El mismo enfoque de la PPP aplicado a los países de Latinoamérica en 1981, utilizando la misma base de datos del Fondo Monetario Internacional, trae consigo resultados muy interesantes. Un ejemplo es que uno de los primeros puestos de población promedio con mayor poder adquisitivo le corresponde a la República Argentina.
Este resultado podría ser intuitivamente previsible para el año 1981, pero de acuerdo a lo sucedido en este último cuarto de siglo en la región se podía esperar que la Argentina perdiese posiciones en cuanto a los indicadores de bienestar de su población.
Puntualmente este indicador no permite evaluar cambios estructurales en la sociedad como pueden ser la distribución de la renta (lo cual sí podría determinarse agregando indicadores como el Índice de Gini), así como tampoco puede determinar cambios en la situación de la población que tiene ingresos por debajo de los establecidos para determinar la línea de pobreza (medida por nivel de ingresos).
Igualmente la evolución del PBI per capita ajustado por la PPP, reúne indicadores implícitos como puede ser la evolución de la inflación en el período, el cual es un indicador que tiene fuerte impacto en las posibilidades de acceso de la población a la canasta básica de consumo.
Gráfico 4 – Los 10 países latinoamericanos con mayor poder adquisitivo en 1981. Fuente: Elaboración propia en base a datos del FMI
Gráfico 5 – Los 10 países latinoamericanos con mayor poder adquisitivo en 2008. Fuente: Elaboración propia en base a datos del FMI
Gráfico 6 – Los 10 países latinoamericanos cuya población ha experimentado el mayor incremento en su Poder Adquisitivo en los últimos 25 años (medidos en PBI per capita ajustado por PPP). Fuente: Elaboración propia según datos del FMI
Los 10 países latinoamericanos con mayor crecimiento promedio del poder adquisitivo de la población (ajustados por PPP) tuvieron todos un crecimiento relativamente menor al registro mundial anteriormente analizado. Hay un caso particular que se condice con lo observado en el anterior análisis mundial, que es el caso de Venezuela. En el grafico 4, para el año 1981, se muestra que el poder adquisitivo de “las carteras de la dama y el bolsillo del caballero” en Venezuela, ocupaban el quinto puesto en Latinoamérica y Caribe. Para el año 2008 no se espera que la población venezolana este ubicada entre los diez primeros países con mayor poder adquisitivo.
Esta situación es similar a la de los principales países productores de petróleo en el mundo, lo cual refleja lo anteriormente señalado: los factores de producción que en una economía se han orientado primordialmente a la extracción de petróleo (en niveles similares a precios constantes) han perdido poder de compra respecto a la de otras matrices de producción (con distintas maneras de combinación de capital y trabajo).
Es interesante analizar el caso de Venezuela porque es uno de los más llamativos en cuanto al deterioro de la capacidad de compra de la población local. Pero tomando como referencia al país que menos creció en el poder adquisitivo de su población a nivel mundial de los 10 primeros que se presentaron (ver grafico 3, Luxemburgo con 450% de crecimiento), todos los países latinoamericanos con sus factores de producción principalmente orientados a la explotación de recursos primarios han crecido por debajo de esos valores.
Países que “reordenaron” sus factores de producción hacia sistemas productivos dotados de mayor valor agregado y tecnología, y que además han abierto sus economías protegiendo las industrias de este tipo, son los que han tenido un mayor crecimiento en su poder adquisitivo a nivel mundial.
Estas nuevas realidades de los bolsillos de las poblaciones del mundo, están determinando cambios y tendencias que no deben de pasar desapercibidas. Esto no solamente se debe considerar a la hora de definir acuerdos o políticas comerciales de hacia donde destinar la producción nacional de nuestros países, como se señaló anteriormente. Se debe tomar en cuenta a la hora de empezar a pensar no solamente hacia donde sino que para definir también “qué” producir y “como” hacerlo.
Los recursos naturales son en su inmensa mayoría bienes escasos, la demanda mundial por los mismos está siguiendo una lógica guiada por la ley de la oferta y la demanda que empieza a ser una regla perversa para la conservación de esos recursos.
Hace 25 años atrás, los académicos de la economía volvían a debatir entre dos corrientes de pensamiento que volcaban sus recetas y diagnósticos sobre las medidas de política a tomar sobre la oferta y la demanda de bienes y servicios en una economía. En esos tiempos parecía lógico que ante un shock de oferta transitorio, la receta en consenso debía ser trabajar sobre una política de ajuste de la demanda. Hoy en día, con una demanda en constante crecimiento, por un efecto del crecimiento del ingreso permanente de la población de países como China e India, resulta un poco complejo avizorar que una receta de ajustes transitorios pueda operar sobre un cambio que parecería haber llegado para quedarse.
En América Latina aún no está claro cuál es el plan para afrontar este tipo de realidades. Eso sí es algo que no ha cambiado en este cuarto de siglo.
J.P. Ríos es economista uruguayo. Se permite la reproducción siempre que se cite la fuente.